Las empresas cada vez son más conscientes de la importancia de incluir entre sus actividades medidas que apoyen la sostenibilidad. Y no solo por la concienciación hacia el respeto por el medio ambiente, sino también por sus ventajas para la propia empresa. Por este motivo, avances en las energías renovables como la instalación de plantas solares cobran sentido dentro del desarrollo empresarial.
La sostenibilidad corporativa se puede describir como un modelo de negocio que tiene claro que el objetivo es ganar dinero, pero sin olvidar el respeto al entorno, a las personas y al futuro. Es la evolución natural de la responsabilidad social empresarial, con el objeto de vincularla al valor y la marca de la empresa. Se trata de un enfoque que aprovecha las oportunidades existentes para manejar los riesgos derivados del desarrollo social, económico y ambiental.
Entre las variadas ventajas que pueden nombrarse para que una empresa apueste por la sostenibilidad, hay tres principales:
– Mejora la reputación de la empresa. Los negocios sostenibles mejoran la imagen de su marca, gracias a la buena opinión que el respeto por el medio ambiente ha ganado en la actualidad.
– Aumenta el posicionamiento de la compañía. La sostenibilidad corporativa está en línea con los valores y las metas del negocio.
– Reduce los costes. La eficiencia que conlleva la sostenibilidad se traduce en ahorro y aumento de la producción, lo que pronto logra recuperar las inversiones realizadas para instalar medidas sostenibles, como paneles solares o sistemas de depuración de aguas.
La sociedad, que cuenta cada vez con una mejor formación, es más exigente con la cuestión medioambiental. Las empresas deben buscar medios para gestionar unos recursos cada vez más costosos y escasos, apostando, por ejemplo, por el desarrollo de la energía fotovoltaica y el resto de las renovables. De esta forma estarán preparadas para el futuro.