Hace tiempo que España ha tomado conciencia de la importancia de la aplicación de las energías renovables en la ingeniería. La Unión Europea viene exigiendo a sus Estados miembros que tomen partido en favor de las energías verdes y está logrando, cada vez más, la implantación de plantas solares y centros de energía fotovoltaica, mucho más limpias y respetuosas con la salud y el medio ambiente que la energía eléctrica tradicional.
Siguiendo las directrices europeas, la emisión de gases contaminantes se ha reducido, gracias al uso de combustibles limpios y gases de combustión. Lo negativo es que todavía tiene un protagonismo destacado el uso de combustibles fósiles que generan efecto invernadero. Aunque la central solar parte como la favorita, mientras que la energía hidraúlica es la que más peso tiene, en la actualidad.
Desde el año 1990 y hasta el 2010, la energía hidraúlica ha ido experimentando un significativo aumento, seguida de la energía eólica y la biomasa. También el biogás está ganando adeptos. Les sigue, más distanciada, la energía solar.
Hacia la generalización del uso de las energías renovables
Si la contaminación y el efecto invernadero preocupan, otra razón de peso para insistir en las ventajas del uso de las energías renovables es que reducen el enfrentamiento entre países por las importaciones de energía y el abastecimiento eléctrico. Usando energías limpias, además de ayudar a la sostenibilidad, se obtiene un mayor aprovechamiento de los recursos y se produce un modelo energético más eficiente.
Barreras para la generalización de las energías renovables
Ante tantas buenas perspectivas del uso de las energías limpias, cabe preguntarse, entonces, por qué no se ha extendido su uso todavía. Principalmente, esta lentitud se debe a problemas económicos y técnicos, ya que los costes de inversión son muy altos y los plazos de amortización demasiado largos.Tampoco existe unanimidad acerca de si es más eficiente la energía eólica o la solar.