La energía fotovoltaica es la tecnología de generación de electricidad que en los últimos años ha experimentado un mayor desarrollo. Generada en plantas solares favorece un futuro sostenible gracias a la producción de energía eléctrica sin un coste medioambiental considerable en comparación con otras fuentes energéticas.
El desarrollo de esta tecnología ha prosperado considerablemente, no solo por los avances en ingeniería, sino también por la reducción del precio de WP que permite que la energía fotovoltaica se sitúe como una alternativa real y factible ante otras energías contaminantes.
La producción de plantas solares y paneles fotovoltaicos favorece que, con el paso del tiempo, se desplace el consumo de otras energías a favor de esta, de forma que se contribuye a que en un futuro solo se dependa de energía limpia para el consumo. Cabe destacar que son muchos los países en los que no existe red eléctrica o esta no cubre todas las necesidades. Una buena alternativa ecológica es la implantación de centrales solares e instalaciones fotovoltaicas, aunque para que ello sea factible deberían verse reducidos los costes de tal forma que resulte suficientemente atractiva la inversión.
Pese a esto, su implantación cubre los costes a largo plazo pues no genera emisiones contaminantes, no produce residuos, su impacto en el paisaje es mínimo al integrarse en las estructuras y, lo más importante, es sostenible. Respecto al impacto en el paisaje, existen ya varios diseños de ciudades con esta tecnología implantada en los techos de las casas, solo falta que se desarrolle por completo.
El futuro pasa por la energía verde y es imprescindible que se mantenga la inversión en investigación sobre estas energías alternativas, que si bien todavía no se aprecian con garantías suficientes, están llamadas a sustituir en gran medida a las fuentes de energía actuales.