Es la primera vez en la historia de la ingeniería que se consigue un avance de estas características. El descubrimiento va a permitir desarrollar de forma significativa el potencial de la energía, permitiendo generarla sin necesidad de conectarse a ninguna fuente de alimentación. Es un paso más para desarrollar energía verde, como en su día se hizo con la implantación de plantas solares.
La clave de este descubrimiento de ingeniería es la piezoelectricidad, que está basada en la compresión o estiramiento de un material permitiendo así generar energía eléctrica. Sin embargo, lo más importante para los autores del estudio es que han descubierto un material llamado MoS2 (disulfuro de molibdeno) que, al ser reducido su tamaño a una capa de grosor atómico, se convierte en piezoeléctrico, ya que en su tamaño original no dispone de dicha propiedad.
La revista Nature ha publicado dicho estudio, en ella se detalla cómo el equipo de científicos del Georgia Institute of Technology y de la Universidad de Columbia ha realizado el hallazgo. El material base es el grafeno, que a través de un proceso de deformación en MoS2, acaba dando como resultado el generador eléctrico más pequeño del mundo.
Este tipo de generadores permitirán mejorar la efectividad en la central solar, pues se pueden aplicar directamente sobre las plantas solares mejorando su eficiencia y, por tanto, generar una mayor cantidad de energía fotovoltaica. Las aplicaciones son innumerables; como muestra de ello, se podrían colocar dichos generadores en la ropa y así generar electricidad a partir de los movimientos que los individuos realizan en el día a día.
El futuro pasa por el desarrollo de los nuevos materiales que se van descubriendo y sus aplicaciones prácticas. Esto permitirá crear nuevas tecnologías, que aporten una mayor eficiencia a los dispositivos electrónicos que se usan de forma habitual.