El aprovechamiento de la luz solar para producir energía fotovoltaica no termina en los conocidos paneles instalados en una central solar o unos edificios. La ingeniería está logrando crear nuevos instrumentos para conseguir un aprovechamiento óptimo de un recurso ilimitado, como es la luz.
Concretamente, el pasado año fue creado un dispositivo que, además de reducir costes, es capaz de producir hasta un 35% más de energía que los paneles solares. Este dispositivo, también puede aprovechar la luz procedente de la luna. Se trata de la esfera solar, un invento llamado a revolucionar el mercado de las energías renovables y que, incluso, podría suponer el fin de las plantas solares tal, y como se conocen, hoy en día.
La esfera solar fue creada por el arquitecto alemán Andre Broessel, que consiguió la financiación para su proyecto mediante una exitosa campaña de crowfunding, es decir, de una campaña de micromecenazgo. Su funcionamiento es muy sencillo: se trata, simplemente, de una esfera de polímero rellena de un liquido, que crea un efecto lupa para optimizar la recogida de la luz solar. Además, el dispositivo cuenta con un sistema de posicionamiento respecto al sol y a la luna, lo que asegura que su labor será óptima. La luz recibida se concentra en unos pequeños paneles, que transforman la luz en energía, para almacenarla y ponerla a disposición del usuario.
El sistema, que, además de funcional, es, indudablemente, estético, es comercializado por la empresa Rawlemon y su producto estrella lleva el nombre de Beta.ray. Actualmente, existen esferas Beta.ray de 100 y 180 centímetros, así como varios modelos de Beta.ray, una esfera de tamaño portátil con salida USB y que permitiría cargar la batería de teléfonos móviles. Posiblemente, esto tan solo sea el principio de un catálogo más amplio, adaptado a todas las necesidades del usuario.