No dejan de desarrollarse iniciativas que pretenden conseguir energías renovables de fuentes no convencionales. El objetivo es reducir la dependencia de los combustibles fósiles; un esfuerzo necesario que ya se hace en todo el mundo con las plantas solares, los campos eólicos, las plantas de generación geotérmica o la central solar, entre otros. A estas fuentes de energía se podrían sumar las nubes de tormenta.
Ese es el proyecto que están desarrollando ingenieros de la Universidad Nacional de Colombia, con la intención de aprovechar la gran cantidad de carga acumulada en los campos eléctricos ambientales generados en las nubes de tormenta. Estos campos eléctricos son muy grandes y están a mucha altura.
La carga eléctrica generada por las nubes provoca un gradiente de potencial nube/superficie terrestre que permite generar las corrientes eléctricas que son la base de esta investigación.
La energía se puede conducir usando grandes agujas metálicas como electrodos flotantes. Los electrodos multiplican miles de veces el campo eléctrico de trasfondo en su punta, hasta provocar descargas con el gas ionizado presente en la atmósfera. Es el efecto corona, que permite capturar la corriente de las nubes y almacenarla en condensadores.
En la experimentación se ha llegado a conseguir una media de 15 microamperios por electrodo cada día de tormenta en Bogotá, lo que ha permitido recargar aparatos electrónicos de pequeño tamaño que requieren poca potencia. Sin embargo, el objetivo está en alimentar dispositivos mayores.
El aprovechamiento de la carga eléctrica de las nubes podría sumarse a la lista de fuentes de energías renovables de uso doméstico, como complemento de otras de suministro más constante como la energía fotovoltaica o la eólica doméstica con aerogeneradores.
Sería especialmente útil en regiones aisladas con un deficiente suministro de la red eléctrica y siempre considerando que en dichas zonas las condiciones atmosféricas sean propicias (con frecuentes tormentas eléctricas), o de lo contrario sería ineficiente.